dilluns, 5 de novembre del 2012

EL PSC SÍ SABE LO QUE QUIERE



Aunque la deriva mediática nos lleve a hablar siempre de la misma cuestión, los socialistas, hablemos la lengua que hablemos (catalán, español, rumano, francés o inglés), siempre hemos defendido un sistema público adecuado a las necesidades y, sobretodo, de calidad, que ahora están en entredicho. Y ahora mismo no podemos defender unas políticas sociales de recortes totalmente enmascaradas, encerradas y difuminadas en una bandera independentista, que poco tiene que ver a los colores rojos y amarillos que nos unen a todos. Se sorprenderán de esta afirmación; ahora mismo se lo aclaro: el hecho de que la independencia se lleve de color azul (en la mayoría de las ocasiones) sólo nos puede indicar que este movimiento secesionista es de derechas, en el que CiU se sienten, evidentemente, muy cómodos. No nos equivoquemos, los nacionalismos, por definición y teoría histórica, son movimientos de derechas. Y el concepto de estado-nación acuñado en el siglo XVIII y que continúa defendiendo el Partido Popular, a nuestra manera de entender, está totalmente anclado en un pasado que no se puede volver a mostrar. Aunque ambos partidos se entiendan a la perfección en cuanto a monedas y billetes se refiere.



¿Alguna o algún representante del partido que ha gobernado en el Parlament de Catalunya los últimos año y diez meses (¡ni tan siquiera han llegado a dos!, ¿eso no es motivo de preocupación?) tienen un ideario programático, más allá de austeridad, control del déficit y recortes a diestro y siniestro? Durante los siete años de gobiernos progresistas se hicieron unas políticas públicas que nada tienen que ver con las que se han hecho desde noviembre de 2010. Al contrario, se ha usado la “austeridad” como sinónima de “desmantelamiento” o “desahucio” o “destrucción”, sólo por poner algunos ejemplos. El concepto de “ser austero” significa “que implica rigidez, sacrificio, rigor”. La rigurosidad con que se han tomado ciertas políticas, en sólo un año, fruto de las decisiones conjuntas de CiU en Catalunya y del PP en ámbito estatal, han dejado una tasa de paro, en la provincia de Tarragona, de 15.800 personas paradas más, hasta llegar a la indeseable cifra de los 100.000, según datos de la EPA del viernes pasado, un 12% más desde que CiU está en el Gobierno de la Generalitat. Otro dato, evidentemente muy relacionado al anterior, nos dice que el 33% de la población de Tarragona está en riesgo de pobreza, uno de cada cuatro niños, y que un 57% tiene grandes dificultades para llegar a final de mes. O, como nos dicen los trabajadores sociales, “se está denegando la prestación a 9 de cada 10 personas con derecho a percibir la RMI (renta mínima de inserción)”, en palabras de Eva Granados, diputada socialista.


Estos son algunos de los problemas reales de la población; y el hecho de que se les prometa el oro y el moro con una supuesta independencia nunca dicha hasta el momento por el señor Artur Mas, y negada por su compañero Duran i Lleida, solo puede significar un desencanto de la sociedad por la política. De hecho, en la sede de CDC de Reus, ciudad que, como bien saben, está gobernada por CiU y PP, hace pocas horas han quitado esta bandera de su balcón. ¿Cuestión sintomática? ¿No será que estos dos partidos realmente son las dos caras de la misma moneda? Una moneda basada en una “austeridad” que daña no ya al estado del bienestar, sino a derechos reales expresados en nuestra carta magna.


Pero, ¿qué proponemos desde el PSC? Para empezar, siguiendo la lógica que contribuyan los que más tienen, respaldaremos una nueva tributación sobre las grandes fortunas, suma de la modificación del Impuesto de Succesiones y Donaciones, del Impuesto de Patrimonio o el incremento del tipo marginal del IRPF para las rentas anuales de más de un millón de euros. Por otro lado, materializaremos un Pacte Social per a la Cohesió, algunos de los pilares del cual son la reconstrucción del servicio público de salud; la adaptación de la Ley de la Dependencia sin pérdida de sus objetivos primeros; la garantía que las personas o familias que se encuentren en situación de pobreza tengan derecho a una renta mínima garantida; el impedimento de que el incremento de personas con dificultades económicas signifique su exclusión social; el refuerzo de políticas de igualdad para evitar que las mujeres sean las más perjudicadas, o la colaboración con los jóvenes para darles unas oportunidades que ahora no tienen.


Tanto CiU como el PP nos dirán, antes del día 25 de noviembre, realmente, ¿qué es lo que quieren? ¿O seguirán ocultándose, los primeros, en una bandera azul, y, los segundos, en un inmobilismo espeluznante?

Article d'Elena Salinas publicat pel Diari de Tarragona

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