“No salen millones de españoles a la calle para que todo
siga igual”, así de contundente se manifestó el presidente del Gobierno, José
Maria Aznar, después de presidir la ejecutiva del PP en julio de 1997. Se
refería Aznar a las movilizaciones ciudadanas de repulsa al asesinato de Miquel
Angel Blanco por parte de los asesinos de ETA. El entonces máximo dirigente del
PP afirmó entonces que el gobierno “no puede dar la espalda a lo que exige la
gente en la calle” y que esa presión le obligaba a “endurecer” la lucha
antiterrorista en la que “nunca retrocederemos ni un milímetro.” Por cierto,
detrás de Aznar se podía ver a un silencioso y mudo Mariano Rajoy, en aquel
momento todopoderoso ministro de Administraciones Públicas.
Esto fue en 1997, menos de dos años después el PP volvió
a cambiar radicalmente de discurso. De hecho en una comparencia de prensa
insólita -eran los tiempos de la tregua de ETA- el mismo José Maria Aznar se
refirió a los terroristas como “los señores de ETA” y definió a la propia banda
como “movimiento vasco de liberación nacional”, unos calificativos que ningún
presidente democrático había utilizado para referirse a los terroristas, ni
antes ni después. Parece increíble pero allí está la hemeroteca para demostrar
que no me estoy inventando nada.
No quiero juzgar al presidente del gobierno de entonces
por sus juegos malabares dialécticos. Supongo que sus motivos tendría para hacer
estas increíbles declaraciones. Pero si quiero poner de relieve la doble moral
con la que el PP ha juzgado siempre las movilizaciones ciudadanas. Cuando Aznar
se refería los terroristas como “los señores de ETA” era un adalid de la paz pero
cuando el gobierno socialista impulsó después un proceso de paz para poner fin
a la violencia etarra al PP y a sus amplificadores mediáticos les faltó tiempo
para lanzar todo tipo de improperios y descalificaciones contra los
socialistas. Se llegó a afirmar que el gobierno socialista había “traicionado a
los muertos”, repugnante difamación que retrata perfectamente a quien la
hace.
Cuando le ha interesado porque coincidía con sus
intenciones el PP no ha tardado ni un minuto en “exigir” que se “escuche la
voz” de la calle, sin ir más lejos cuando impulsaron esa irresponsable campaña
de recogida de firmas contra el Estatut de Catalunya. En aquel momento,
curiosamente, no solo pedían el rechazo al Estatut sino que, ¡oh, sorpresas de la vida!, exigían
un referéndum bajo el lema “todos tenemos derecho a opinar.”
Es decir, todos tenemos derecho a opinar…mientras estemos
de acuerdo con los postulados del PP, en caso contrario ¡todo prohibido o
ignorado! Cuando se han producido enormes movilizaciones ciudadanas de rechazo,
primero a la guerra de Irak y, posteriormente, a los brutales recortes sociales
impulsados por el gobierno de Rajoy, ¿que ha hecho el PP? ¿Ha escuchado la voz
de la calle? ¿Ha sido sensible a las reivindicaciones populares como exigía
cuando estaba en la oposición? En absoluto! Se han limitado a referirse a una
virtual “mayoría silenciosa” que anida en sus mentes y que, al perecer, le
parece muy bien todo lo que hace Rajoy y, a continuación, afirmar que siempre
hay más personas que se queden en sus casas que las que se manifiestan en la
calle, verdad de Perogrullo que le sirve al PP para restar importancia a absolutamente
todas las manifestaciones que se han realizado, se realizan o se realizaran en
el mundo (¿en que sociedad se han manifestado en un momento dado más personas
que las que no lo han hecho teniendo como referente el conjunto de la
población? En ninguna).
Esto cuando el solo hecho de manifestarse contra las
políticas de laminación por etapas de nuestro Estado del bienestar no ha sido calificado
por los dirigentes del PP como una provocación, chantaje o órdago que no merece
ni ser contestada. Recuerdo ahora, en concreto, una manifestación de
asociaciones de familiares de ciudadanos con discapacidad que protestaban
contra los recortes a las ayudas básicas que habían recibido hasta entonces del
Estado. Y cual fue la respuesta del gobierno de Rajoy? Nada, ni se dieron por
enterados. Es difícil encontrar en democracia un gobierno como este del PP que
haya hecho una exhibición impúdica tan absoluta de prepotencia y, al mismo
tiempo, haya despreciado todas las voces que no sean las suyas propias. Que
largo se nos hará este año hasta las elecciones generales del mes de noviembre…
Article de Luis Rosendo publicat al diari Més Tarragona
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