“España ha entrado en un
circulo económico virtuoso. Es el país europeo que más crece y que más empleo
genera. De hecho, en los próximos años podremos hablar de un milagro económico
español.” Se trata, solo, de las últimas declaraciones triunfalistas de Mariano
Rajoy en relación a la situación económica del país. La verdad es que no deja
nunca de sorprenderme…lo cierto es que tanto Rajoy como el PP llevan años
alardeando y sacando pecho de que sus políticas de recortes han propiciado este
autodeclarado “milagro económico” que nos ha hecho entrar en un “circulo
virtuoso”.
Tal vez los millonarios
insolidarios que tienen su dinero escondido en cuentas opacas en Panamá
compartan esta alegría. Por desgracia, los ciudadanos que viven en carne propia
el drama del paro, los jubilados que han visto perder el poder adquisitivo de
sus pensiones y los jóvenes que contemplan su futuro laboral sin esperanza no
comparten el entusiasmo delirante de Rajoy y de los estrategas del PP sobre este
hipotético “circulo económico virtuoso” en el que presuntamente estamos
instalados.
Me he preguntado muchas veces sobre
la sinceridad de Rajoy. ¿Es posible que alejado de la realidad que se vive a
pie la calle y transformando alguna estadística macroeconómica en la madre de
todos los indicadores se haya autoconvencido del mito del “milagro económico”
impulsado por su gobierno? Tal vez se vea a sí mismo como a un héroe titánico
que ha robado a los dioses la formula de la virtud económica eterna y se lo ha
entregado a los hombres. De hecho, si nos imaginamos por un momento que
Prometeo en lugar de una antorcha lleva un presupuesto laminado por recortes de
prestaciones y derechos sociales podamos comprender un poco como Mariano Rajoy
se ve a sí mismo.
No lo sé. En todo caso el mismo
día que Rajoy y sus corifeos de la calle Génova nos iluminaban el día
subrayando el “extraordinario” crecimiento económico español –el mismo día,
reitero- la encuesta de condiciones de vida del Instituto Nacional de
Estadística alerta que casi el 30% de los ciudadanos de este país está en
riesgo de pobreza y de exclusión social. Es decir, que tienen graves problemas
para poder pagar sus necesidades básicas. ¿Qué necesidades? La mayoría no
pueden comer carne o pescado con regularidad, no pueden poner la calefacción
durante los meses de invierno, no tienen dinero suficiente para poder comprarse
una lavadora, por ejemplo, si la que tienen se estropea y, por supuesto, tienen
gravísimas dificultades para llegar a final de mes (en caso de lograrlo). No
podemos, pues, hablar de ninguna realidad objetiva “virtuosa” (quede claro que
hablamos de datos oficiales del mismo gobierno, no de estimaciones
estadísticas) sino más bien de un crecimiento desmesurado de la pobreza y de
las desigualdades sociales que hay que rectificar y combatir.
Este es el compromiso de los
socialistas y por ello queremos gobernar después de las elecciones del 26 de
junio. La pobreza y las desigualdades siempre se han reducido con gobiernos de
izquierda y siempre han aumentado con la derecha en el poder. El cambio hoy es
más necesario que el 20 de diciembre porque miles de personas han visto como su
situación económica lejos de mejorar, empeoraba. Un cambio que solo esta
garantizado con un gobierno socialista liderado por Pedro Sánchez abierto al
dialogo con las otras fuerzas que quieran trabajar para transformar a mejor
este país, sin exclusiones ni vetos.
Ya sabemos lo que hará el PP en
caso de seguir en el poder: mientras ahora juran sobre lo más sagrado que no
van a recortar más políticas sociales, al mismo tiempo, de tapadillo, envían
una carta a la Comisión Europea para decirles que, en caso de ganar las
elecciones, van a seguir recortando nuestro Estado del bienestar. El mito de
Prometeo vuelve a perfilarse en el horizonte. También sabemos lo que harán los
que prometen la revolución para mañana pero pasado mañana votan NO con los
diputados del PP para evitar un cambio real con presidente socialista. Ni Pablo
Iglesias ni Julio Anguita votaran nunca la investidura de un presidente
socialista, todos lo sabemos.
No. Hay que pasar página tanto
del mal gobierno del PP como de los vetos ideológicos del comunismo de siempre.
Los ciudadanos podemos decidirlo en las urnas de aquí a un mes. Hoy el cambio
es más necesario que nunca para acabar con las mentiras y la corrupción que han
campado por sus respetos estos últimos años.
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