El día 1 de
diciembre es el día mundial de la lucha contra el SIDA, en la actualidad la
gran mayoría de la población es conocedora de la existencia del virus, aunque
siguen habiendo dudas sobre las formas de contagio. Además, como consecuencia
de los recortes se han reducido o eliminado las campañas de prevención e
información que mantenían alerta a los ciudadanos ante las prácticas de riesgo
de transmisión y las secuelas de la enfermedad.
Desde 1988,
año en que se conmemoro por primera vez este día, esta pandemia ha matado a más
de 25 millones de personas en todo el mundo y se calcula que hay uno 36
millones de personas portadoras del VIH. Y hemos de reconocer que durante los últimos
25 años de lucha activa contra el SIDA se ha avanzado mucho en el conocimiento
de la enfermedad y del virus, pero siguen existiendo lagunas y todavía hoy
podemos observar como muchas personas siguen sin comprender que por ejemplo ser
seropositivo, es decir ser portador del VIH no significa desarrollar y padecer
la enfermedad del SIDA.
El SIDA tuvo
su mayor propagación durante los años 80s, aunque los primeros casos datan de
principios del siglo XX, pero una vez más hasta que no afectó al primer mundo
no se dejó de mirar para otro lado. Durante esos primeros años de propagación
de la enfermedad tener el SIDA era una sentencia de muerte, a los pocos años de
contraer el VIH se desarrollaba el SIDA y eso significaba que entre 3 y 5 años
después el paciente moría. La sociedad trataba a los enfermos como auténticos
parías haciéndoles ese duro y doloroso proceso aún más difícil. Aparte de todos
los prejuicios y desconocimiento que rodeaban la manera de contraer y contagiar
la enfermedad se tenía que añadir el hecho de que la mayoría de la gente que contraía
el SIDA en los 80 eran los homosexuales, creyéndose durante mucho tiempo que
esta enfermedad solo afectaba a este colectivo. Pues bien, hoy en día el 50%
(60% dependiendo del país) de las personas que tienen la enfermedad son
mujeres.
Durante la
década de los 90s llego la comprensión, tanto de la enfermedad como de la gente
que la padecía gracias a películas como
Philadelphia o campañas publicitarias como el “póntelo, pónselo”. Al mismo
tiempo que se producían grandes avances médicos en este campo, y contraer el
VIH ya no significaba tener el SIDA, ni tener que morir. Gracias a los
medicamentos el virus podía paralizarse, y aunque se convertía en crónico era
controlable.
A las personas
como yo que rondamos la trentena y que recibimos clases de educación sexual en
el instituto y se nos informó a través de la televisión sobre la enfermedad
tenemos claro el concepto de la enfermedad y que se trataba de una enfermedad que
en una gran cantidad de casos debía su contagio a la transmisión sexual. Y gracias
a esa información personas de mi edad somos conscientes de que el preservativo
es el único método anticonceptivo que evita el contagio, aunque a la Iglesia
Católica y a los más conservadores de nuestra sociedad les de por continuar
diciendo que “usar el condón es pecado”.
Por desgracia a los que vivimos aunque fuera siendo muy pequeños los 80s
también nos quedó claro que no debía compartir jeringuillas, pues los casos de
drogadictos contagiados de VIH se contaban a miles en esa época.
Lo preocupante
es que a día de hoy esta enfermedad parece que ha pasado tan de moda como los radiocasetes,
ya no hablan de ella en las noticias ni le dedican espacio publicitario, y en
mi opinión nos estamos olvidando de explicarles a las generaciones más jóvenes
que deben tener cuidado porque continua ahí.
Se debe
informar de los riesgos de las prácticas sexuales sin protección, o de como el
compartir instrumental para el consumo de drogas puede acarrearles un problema
tan o más peligroso que la drogadicción.
En la actualidad
los jóvenes se inician en el sexo a edades muy tempranas y existe todo un
abanico de posibilidades en métodos anticonceptivos, cosa que esta genial, pero
no debemos olvidar que solo hay uno que además puede evitarnos el contagio de
las enfermedades de transmisión sexual, no debemos olvidar que hoy en día la
mayoría de gente que padece esta enfermedad no sabe que la tiene.
Desgraciadamente
y como remarcaba antes las políticas de los gobiernos de derechas que ostentan
el poder en Catalunya y España cada vez recortan más también en este tipo de
políticas de prevención de contagios, pero además cada vez se están acercando
más al mensaje de la Iglesia contrario al uso del preservativo, y desgraciadamente
los jóvenes y las jóvenes que está empezando a tener sus primeras prácticas sexuales no están
recibiendo la educación y formación sexual adecuada.
Desde la
Joventut Socialista de Catalunya creemos que es muy importante que cada 1 de
diciembre se recuerde la enfermedad, se hable de ello en las noticias y los
periódicos, se salga a la calle a informar a la gente y se intente recaudar el
mayor dinero posible para seguir estudiándola y que el siguiente paso sea poder
curar el VIH, como que eso no solo pase el día 1 de diciembre.
Desde la
conciencia de existencia del problema queremos hacer un llamamiento a los
gobernantes para que se conciencien de que es un tema lo suficientemente
importante como para que se destinen más fondos públicos para la investigación
de tratamientos paliativos y de cura de la enfermedad, y para seguir informando
a la sociedad de los riesgos y problemas que acarrea.
Article de Mireia López publicat al diari Més Tarragona
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