Vivimos
tiempos difíciles y nuevos para la mayoría de nosotros, situaciones que nunca
habíamos vivido. Hoy resurgen, cada día con más fuerza, necesidades y carencias
que creíamos superadas y que sufrían una pequeña parte de la población, a la que
nuestra sociedad ni había sido capaz de integrar ni había sabido borrar de la
marginalidad.
Esta
situación actual es, sin duda, la peor que hemos vivido en los últimos sesenta
años. Las personas no sólo necesitamos un soporte económico, también social y
emocional. Mientras tuvimos bonanza económicasostuvimos el sistema sin
cuestionarlo y hoy, que no nos sostenemos, el sistema nos da la espalda con la
consabida justificación de que NO HAY DINERO.
La
ceguera de los que nos gobiernan merece un estudio a fondo. En Cunit tenemos un
tejido asociativo denso que siempre había estado soportado por el Ayuntamiento y
abierto a la participación. Ahora ese tejido asociativo ha pasado a estar
desamparado por el Ayuntamiento y ha acusado recibo de las delegaciones de un
gobierno que se ha desentendido del liderazgo de las actuaciones de la sociedad
civil. Un gobierno que ha dejado de
forma arbitraria en manos de la ciudadanía y sin ninguna implicación
institucional, actividades festivas, talleres lúdicos y deportivos en los
centros cívicos, la radio, el baloncesto, el fútbol, talleres en la oficina de
turismo o la biblioteca….etc. Actividades que conforman un aspecto vital en
nuestro desarrollo personal y relacional.
Resulta
que ahora algunas de estas actividades se han delegado en asociaciones o
personas físicas (bajo la figura del voluntario) que las desarrollan en
equipamientos municipales, donde los monitores, profesores o similares cobran
por su trabajo, pero en negro. Si, suena
mal pero este gobierno no procura por crear puestos de trabajo, no. El pago
bajo conceptos como transporte, desplazamientos o similares es fomentado y
permitido.
Con
un agravante más, depende quienes se muestran voluntarios para trabajar por
Cunit, son enmarcados o no en una fórmula pseudolegal que les permite la
acción.
Article d'opinió de Manuela Calderón publicat al Diari de Tarragona i Més Tarragona
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