La vida en ocasiones nos muestra situaciones, sensaciones o
acontecimientos que parecen como ya vividas con anterioridad. Se suelen
denominar “déjà vu” o “déjà vécu”, es decir, la sensación de haber pasado previamente por esa misma
experiencia.
Para ver si esa sensación que tengo actualmente, no es un sueño,
me remito a la hemeroteca. Concretamente a la edición del domingo 25 de marzo
de 1990 de “La Vanguardia” en la que aparece un artículo titulado "La pugna visceral y económica entre Salou
y Vila-seca amenazan el parque Busch”.
Recogía unas declaraciones
de la Generalitat que, obligada a acatar la
sentencia de segregación de Salou, instó a los dos ayuntamientos a acordar
urgentemente una modificación de límites para satisfacer a Anheuser Busch. Iniciando
los trámites para imponer por ley esta alteración de términos municipales
En el mismo artículo, el entonces alcalde Vila-seca, Josep
Maria Pujals, afirmaba que "Salou debe ceder las 400
hectáreas afectadas por el parque a cambio de beneficiarse de éste”. Pujals creía que Salou debía
ceder las 400 hectáreas afectadas por el parque a cambio de beneficiarse del
éste. El alcalde Vila-seca no aceptaba un consorcio por opinar que no daba
garantías y ofrecía a Salou 200 hectáreas de permuta y la mitad de la zona
comercial.
Transcurridos 23 años, la Generalitat en
la a ley 5/12, en su 22ª disposición adicional, insta a los dos ayuntamientos a
continuar en el consorcio, prorrogándolo "sine-die" y manteniendo la
fiscalidad al 50%. Prórroga de la que ni el alcalde de Salou ni nadie en el
ayuntamiento tenía conocimiento de su presentación por parte de la Generalitat.
Hace unos días el alcalde de Vila-seca, Josep Poblet, bendecía
la última propuesta de la Generalitat, por interés común e indicando que su
municipio hacía un gran esfuerzo de generosidad.
No nos pre-juzguen como los malos en esta película, hagan
ustedes un ejercicio de empatía y pónganse en nuestro lugar. Para Salou la historia
se repite: la Generalitat nuevamente vuelve a hacer del parque un tema
partidista.
Probablemente en breve veremos en la prensa noticias que nos recuerden a
otras que aparecieron por aquel entonces en las que la empresa promotora daba
marcha atrás en su intención de invertir en el territorio. Ahora querrán
cuestionar la inversión del BCN World a un acuerdo entre ambos municipio. De
nuevo un déjà vécu o déjà vù.
Salou no quiere nada que no le corresponda. No es una cuestión
de quien gana o quien pierde. Salou defiende su autonomía local y la propia gestión
de la misma.
Consorcio sí, pero como herramienta de gestión de inversiones
en ambos municipios, respetando la fiscalidad de cada municipio, es decir, que a
cada municipio lo que es suyo.
Sr.
Mas, Salou, después de 23 años como municipio independiente y de pleno derecho,
es un sujeto político, no un objeto político como algunos de los suyos pretende
hacer creer. Usted ya me entiende.
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